Las nodrizas también lloran


Es la esclava del amor ajeno
Sin muchas palabras, pero de mirada furtiva
Esconde complicidad o traición
Oliendo la inseguridad en el salón
Atmósfera juvenil irrumpida por un torpe respeto debutante
Sin emoción alguna, dijo que nunca mas,
No deja rastro protocolar
Al dejar escapar el fuego bajo la casta apariencia
Y lamenta no ser de hielo
Cuando sus manos impertinentes
Bajan a su entrepierna
A consolar desolado lugar
Sus lágrimas saltan en orgasmo
Y se reincorpora a su templanza impávida
En vigía de la joven zorrita aristócrata.